El Mimbre Despeinado

El sillón tiene algo que te pica. Cuando lo miras es un pelo de mimbre que se niega a volver a su sitio. No es rebeldía, es familia del plástico del sofá. El mimbre despeinado está fuera de lugar.

viernes, marzo 22, 2019

Una bombita



Como suele suceder, me puse a leer las noticias mientras almorzaba; una cosa lleva a la otra y otra vez me fui por las ramas.

Comparto:

El detonante es una pieza de DemocracyNow en la cual Amy Goodman le pide a varios afganos y afganos-americanos que reaccionen sobre la super bomba que USA les tiró a los afganos hace unos días. Uno de los entrevistados cuenta que los afganos no entienden que Trump et.al. se refieran a la bomba como 'the mother of all bombs' porque, cuenta el afgano, "una madre nunca le haría eso a sus hijos". A pesar de que simpatizo con los afganos, reparo en el problema de la metáfora; la bomba no es madre de seres humanos, es madre de bombitas que aspiran a ser súper bombas como ella. Eso. Y las corporaciones son personas.

Pero ese no es el punto.

La cosa es que me pongo a pensar en la mentada diferencia entre el potencial de violencia de un hombre vs. el de una una mujer. Trato de imaginarme mujeres en posiciones de poder jugando a quién tiene la bomba más grande y no puedo. Más que violencia, me parece a mí, el hombre es más susceptible a caer en trampas del ego.

Pero ese tampoco es el punto.

El punto es que trato de imaginarme mujeres "bichas"--y no en el sentido 'cool', liberal, blanco, gringo según el cual ser considerada 'bicha' es un insulto asignado por los hombres que resienten su poder y por lo tanto "we should all be proud bitches", --sino que me refiero al sentido de bicha = malvada, así como una persona capaz de lanzar una bomba bien grande, o matar inocentes usando gas o agentes naranjas.
Merkel es muy maternal (de humanos, no bombas): descartada. Hillary se las trae pero su show of force sería más subdued que una bomba gigante: descartada. Interesante la mujer en la que pensé después, Anna Wintour, la esquelética editora de Vogue que pocas veces se deja ver sin sus gigantes gafas obscuras "Ella sí que raya en lo psicópata", concluyo sobre la mujer que inspiró el éxito taquillero "Devil wears Prada" -mas reflexiono-"pero no lo haría porque no hay nada menos elegante que lanzar una bomba gigante". Luego de revisar estos tres ejemplos en mi cabeza: Merkel, Hillary y Anna Wintour, llego a la conclusión de que de hecho, el hombre está 'unfit' para ser líder y tomar decisiones por el bienestar de su colectivo. No es cultural, es biológico.

Pero ese tampoco es el punto.

El punto tiene que ver con las abejas, que lo tienen bien claro. Hay una reina tomando decisiones y los hombres proveen la mitad del material necesario para asegurar la especie. Reflexiono entonces sobre la perfección matemática de un panal, la eficiencia calórica de la miel--no es poca cosa ! Entonces de la biología procedo a hacerme preguntas ontológicas: si para asegurar el bienestar colectivo nos conviene que las mujeres estén en posiciones de poder, ¿qué accidente histórico nos tiene haciéndolo todo al revés? Se me ocurre pensar que quizás en algún momento un cazador exhausto luego de matar un jabalí le dijo a sus compañeros: "¿por qué si somos nosotros los que llevamos días tratando de matar a este animal tenemos que dárselo a las mujeres para que lo repartan?", "no, compañeros! de ahora en adelante si quieren seguir comiendo jabalí van a tener que hacer las cosas como nosotros decimos!", y así con un articulado y persuasivo hombre prehistórico comenzó nuestra ruina como especie. Pero, eso de que la(s) persona(s) que procuran el sustento sean las que lo distribuyan "is fair", me enseñaron. Oh! será que el sustento no es solo el jabalí, si no que tmb es indispensable poder organizar que el jabalí se limpie, se cocine (o no, dependiendo cuan lejano sea el pasado al que nos remontamos) y mil otras cosas que hacen que el jabalí sea alimento. Sustento es todo eso junto, el jabalí muerto es solo un jabalí muerto y no alimenta a nadie.
No saben el alivio que me dio podérmelo explicar todo sin tener que reevaluar convicciones políticas y morales que me ayudan a entender y sobrevivir este caos.

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Office Space







I just asked a co-worker for a phone charger because my phone died. The easiness of the interaction I had with him surprised me, and made me feel like I was missing something. We are not friends but we have talked…yes, something was amiss. As I walked back to my desk I realized something; I was missing the Puerto Rican “ay nena, yo te lo presto” interaction. You see, when someone asks a Puerto Rican for a favor, the Puerto Rican will handle it as their top priority. Not only that, his/her face quickly changes, as if they are the reason why you need something, more so, like it’s *their* fault because they weren’t able to anticipate that you needed X. He or she will quickly stop whatever he’s doing, and a bit clumsily (evidence of his distress) will try to meet your need while apologizing because theirs is uglier/older/doesn’t’ work very well/; this may sound something like “está medio feito verdad pero por lo menos funciona…”. They may even provide you a brief tutorial on its use, “déjame explicarte, es que el laitel tiene un truquito, tienes que dejarlo apretado solo hasta la mitad nada más porque si no se te va a apagar”. The transaction is finalized when the borrower says thank you and the Puerto Rican, with a classic, albeit contained, display of Puerto Rican martyrdom, replies: “bueno, al menos te pude ayudar’, or “espero que te haya ayudado en algo”. Actually, they may even proceed to show you that whatever they let you use/borrow is now practically yours “cualquier cosita aqui lo voy a poner en esta gaveta, no me tienes que preguntar, tú lo coges y ya, ok?” [blink]. If the borrower is also Puerto Rican, this transaction will be significantly longer because there are at least three different thank you’s, which usually include a hyperbolic “nena, me salvaste la vida”….which is often heroically answered in the first person plural- the linguistic resource by which the speaker, hides among a group of people and can no longer be identified-: “Na’ nena, pa’ eso estamos!”, and just like that, the Puerto Rican successfully preempts and avoids the first person “para eso estoy” and in that way avoids any plausible obligation in the future-you know “porque es mi pana/familia/compañero de trabajo, vijte, pero no es pa’ tanto”. Eso es fundamental: nunca es para tanto.
That!- I was missing all of that.

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Mudanzas


Hace dos días vino a mi apartamento una muchacha boricua de 23 años juntos a su amiga mexicana a buscar la mesa de comedor que le vendí. La chamaca es ingeniera mecánica, recién graduada del RUM y va a trabajar en Fremont, cerca de Silicon Valley. Acaba de llegar y está amueblando su primer apartamento. Terminé regalándole todas mis matas, una mesita de noche y un libro de Wilo Benet de recetas criollas porque se quejó de que “todo el mundo que conozco aquí me pregunta si sé cocinar comida puertorriqueña y en verdad no se cocinar nada”.

Estuvimos como dos horas las tres juntas entre desmontar la mesa, hablar y mover las cosas a su carro. Cuando terminamos me despido de ambas y al ratito me tocan la puerta, era su amiga mexicana.

— El matres ese que está en el comedor, ¿lo estás regalando?
— Sí, ¿te lo llevas?

Lo arrastró hasta el pasillo de mi edificio y mientras se despedía me dijo que, según la boricua, mi apartamento huele a Puerto Rico.

"Que raro, no cocino hace como dos días." dije, mientras me esforzaba en reconocer algún olor ‘boricuoso’ en mi apartamento

—No, no huele a comida. Dice ella que es en general, me dijo que Puerto Rico huele como tu apartamento.

Dos minutos después de despedirme por última vez y frustrada al no poder identificar ningún olor en mi casa que me recordara a Puerto Rico, tuve que concluir que el ‘olor’ tenía que ser un efecto sinestésico de haber escuchado y visto algo que le resultó inmediatamente familiar. A mi esa familiaridad me dio con regalarle cosas que pensaba vender; a ella, esas dos horas le olieron a Puerto Rico.

Tres minutos después de despedirme por última vez me di cuenta de la tragedia. Su nostalgia. La mía. Ella es una ingeniera mecánica de 23 años acabada de graduar del RUM. La del país.

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Un “Oakland, #TePienso”


La guagua 51A me lleva desde la estación de Rockridge en Oakland hasta mi parada en la esquina de Broadway y la 40. Cuando me bajo, todavía queda caminar alrededor de 4 cuadras de la 40 antes de llegar a mi edificio.
Broadway separa a Piedmont del resto de Oakland. Yo vivo justo en la frontera de estos dos pedazos de Oakland. Cuando la guagua me deja en Broadway, tengo que caminar esas cuatro cuadras donde los negros mismos parecen ser conscientes de que están en un hoyo negro entre dos partes blancas.

Si se mira la ciudad desde un helicóptero, hay pedazos en que Oakland parece una cebra.
En ese parcho, las palomas picotean la acera con unos ojos perfectamente redondos sin párpados ni parte blanca y que hacen que parezcan permanentemente asustadas. Esta vez durante mi caminata, el dolor en los dientes que me da cada vez que las veo taladrando el cemento en busca de comida, logra distraerme de los pensamientos pragmáticos que suelen ocuparme de lunes a viernes entre 4 y 7 pm.

Éstas son palomas grises, nada sofisticadas ni simbólicas. De hecho, estas palomas asquean a muchas personas. Pero ahí están, compulsivamente esperando que la violencia y la basura se conviertan en migajas

Cuando una paloma agarra algo desconocido entre su pico-un sorbeto, un flyer, un cigarrillo-, lo trata como si le fuera familiar hasta que la forma o el tamaño no coopera y vuelve a caer al piso. Pero están dispuestas a tragar cualquier cosa y lo levantan otra vez con el pico. Casi parecería que piensan (¡que piensan!) que si tratan suficiente, la basura puede convertirse en comida. En algún momento se dan por vencidas y dejan caer el pedazo de cualquier cosa, avanzan tres brincos cortos y se elevan para volar pegadas al suelo en busca de otro pedazo de algo.

En el cielo, mucho mas alto, veo cruzar un pájaro blanco, quizás una gaviota. El vuelo de éste es rápido y determinado. En el aire imagino un mundo de líneas largas que tejen redes y construyen avenidas que no conozco. Nada parecidas a las líneas cortas que forma el vuelo de las palomas. Sin embargo, asumo, que aun ahí con la cara pegada al suelo, el vuelo de las palomas ensaya redes y traza caminos que no puedo ver.

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