El Mimbre Despeinado

El sillón tiene algo que te pica. Cuando lo miras es un pelo de mimbre que se niega a volver a su sitio. No es rebeldía, es familia del plástico del sofá. El mimbre despeinado está fuera de lugar.

sábado, mayo 26, 2007

Sobre lo mucho que extraño a Manolo, mi extraña convivencia con las mujeres mas hermosas de universo y el fiasco de la copa energética.

Llegué a México hace siete días y estoy literalmente entre las mujeres mas bellas de universo. No estoy relajando. La pequeña diferencia entre ellas y yo es la estatura, un chin de libras y mi capacidad de no pensar en la paz mundial cuando elaboro mis oraciones. Así que aquí me tienen mimbrosos, con un aire de reina en mi semblante.
Camino los pasillos del hotel moviendo las palmas de mis manos al vaivén del típico saludo protocolar de toda una princesa. Por las mañanas tomo mi desayuno leyendo los periódicos locales, junto a una enorme taza de café mientras los mozos(que en mi cabeza son como mis sirvientes privados) me preguntan si deseo mas mermelada con mi pan integral. La vida de princesa es dura, pero tiene sus recompensas, y yo he aceptado esa responsabilidad con los brazos abiertos. El jueves en la tarde recibí la confirmación de que en efecto era una reina. Pasaba por el hotel en mis pantalones cortos de correr cuando Magali Febles me dijo, con tono de hacedora de reinas: “Andrea, tienes una piernas definidas”. Me convertí en una candidata esa tarde.
Toda reina tiene una debilidad y yo tengo que admitir la mía. No les puedo decir lo mucho que extraño a mi canino preferido. Manolo es un tipo tan amoroso que empezar mis mañanas sin él es una tortura. Lo único que realmente me consuela es saber que mientras yo redacto esta columna desde mi alcoba, el tipo debe estar panza al aire cerca de la piscina de sus abuelos, soleándose y permitiendo que los changos con gusto se lo liguen.
Las misses también sufren cuando se les miente. No solo porque no creen en la mentira, sino porque la burbuja en la que vive se rompe para siempre. Si no me creen hablen con Zuleyka Rivera después de que entregue la corona, quien me enseñó esta semana que todo es según en cristal con que se mire. Con la mentira en mi cabeza fue que probé ayer la llamada “copa energética” en el restaurante del hotel. Estaba impresionada con la variedad de frutas que poseía la copa. Los mozos me aseguraban que si consumía esta copa, mis energías estarían 100% y que podría estar moviendo mis manos como princesa toda la tarde. A las dos horas tenía hambre, así que terminé comiéndome unas flautas de pollo que lo mas seguro tenían 20,000 calorías. No tuve otra alternativa que vomitar toda la tarde. Mis mozos me habían mentido y yo, como toda princesa, estaba deshecha. La copa energética había resultado ser todo un fiasco.

No sé que será de mi vida de princesa cuando regrese a mi país el jueves. Solo se que me bajaré del avión con treinta maletas que carguen mis 20 ajuares. Mi perro me esperará en la escalera junto a todos mis admiradores…que estimándolo serán por lo menos 15,000 personas. Mi familia me montará en un convertible y con orgullo moveré la bandera del pueblo de Trujillo Alto. La llevaré a mi pecho y lloraré desde el automóvil cruzando el puente Teodoro Moscoso. En el peaje, no pagaré por supuesto porque las reinas nunca hacen eso.

jueves, mayo 24, 2007

Lo que cuesta un beso

Mi primer beso fue Carlitos Mendez. Que mi padre me perdone pero estábamos jugando el famoso juego "botellita” en una calle cercana a mi casa en 1991. A mi no me gustaba mucho Carlitos, pero si su hermano mayor Eddie que estaba en octavo grado y quien era el rey de mi urbanización. No se porque pensé que el besar a Carlitos me acercaría a Eddie, pero yo tenía 12 años, así que me voy a perdonar esa estupidez porque era una niña ilusionada.

Todavía cierro los ojos y me acuerdo del nerviosismo que sentí cuando Carlitos, con un usual desespero de quien tienes aún once años, me pegó los labios sin saber muy bien lo que hacía. “Si esto es un beso” pensé yo, “por mi que no me besen jamás” y partí para mi casa en patines marcada de por vida.

Y hoy a mis 27 años, entiendo todavía la importancia de los besos. No sé cual ha sido mi beso más espectacular porque mi memoria es corta. Creo que algunos besos se consideran buenos, por el contexto en que te los dan. Por ejemplo, un beso en la playa jamás se compara con uno que te den en la oscuridad del cine, por mas bueno que sea. La playa siempre le gana al cine. Y bueno…pues lo que puedo decir, obviamente para proteger la identidad de mi besador, es que el que recuerdo con mas cariño es uno que me dieron con lucecita tenue y música chévere en el fondo. Será porque me tomó por sorpresa o puede ser que era simplemente sensacional. O porque realmente lo anhelaba.

Y en honor a ese beso sensacional y a los besos maravillosos de la historia es que me tomo la tarea de felicitar a la individua que pagó la escasa suma de $350,000 dólares para besar a George Clooney en una subasta para recaudar fondos para el Sida. Así que esta francesa no solo disfrutará de compartir gérmenes con el galán, sino que también ayudará a una importante causa.

Me pregunto cuanto hubiese pagado yo por ese beso de Carlitos Méndez. Pero aún mas, cuanto hubiese pagado mi besador mas reciente, por uno de mis besos. La duda me carcome por dentro.

miércoles, mayo 16, 2007

Dreuxilla Divine, mi nueva diosa.



Druxilla es como pocas de las mujeres que conozco. Nos hicimos amigas después de estar hablando de la vida, las apariencias y la sexualidad.

Antes de partir me miró seriamente, me abrazó y me dijo "al carajo con lo que piense la gente Andrea". Decidí que ese debía ser mi nuevo lema de vida. Amen Dreuxilla!