El Mimbre Despeinado

El sillón tiene algo que te pica. Cuando lo miras es un pelo de mimbre que se niega a volver a su sitio. No es rebeldía, es familia del plástico del sofá. El mimbre despeinado está fuera de lugar.

viernes, septiembre 20, 2024

Papas y rayos







Pronto “que te parta un rayo” va a dejar de ser metafórico. O sea, que va a ser igual de violento que desearle a alguien que lo maten en medio de un carjacking. Y es que nunca había escuchado tantos rayos como en estos últimos meses. Ya van más de tres personas que recientemente me han contado los efectos de un rayo en su vida. El último fue un compañero de trabajo que vive en El Señorial y se quedó sin luz porque cayó un rayo en el transformador de su urbanización. Lo raro, me dice, es que la mitad de las casas de su urbanización sí seguían con luz, pero a él le tocó la mala suerte de tener que esperar una semana para que le regresara. Luego me entero que tuvo que bregar con su planta, algo de tirar un cable o poner un switch para que la piscina pudiera filtrar el agua. Lo escuché hablando por teléfono con su electricista y como sucede cuando me hablan de electricidad o plomería, me desconecto. Lo importante es que resolvió y al final su piscina filtraría el agua, con o sin luz.


Si bien han sido afectados por rayos, nadie que conozca ha sido víctima trágica de un rayo; ni siquiera mi amiga de los cuentos dramáticos, a la que un rayo achicharró uno de los muchos árboles en el parque de su urbanización, el mismo parque en el cual un árbol podrido por poco le mata la hija menor cuando le cayó una rama a un centímetro de su cabeza mientras paseaban al perro. La historia trágica la leí en NotiCel, o en Metro, o en Twitter, o en quién sabe quién escribió lo que una lee. Era sobre una persona, no recuerdo pero creo que era un viejo, a la que él rayo le cayó en la casa y le partió el techo encima de su cuarto. Tampoco recuerdo si murió.


Medito sobre rayos porque estaba haciéndome algo de comer cuándo de nuevo empezó a llover y los truenos hacen que mi casa de cemento armado vibre. Pensé en el calentamiento global porque es obvio pensar en eso cuando llevas más de 5 meses escuchando truenos a las cinco de la tarde. Me limpié las manos en la toallita gris que me engancho del manguito del brassiere cuando cocino e hice una búsqueda en Google: “lightning and global warming”. El primer resultado después de los cinco sponsored results explicaba que al calentarse la tierra suben unos gases especiales que al chocar con las nubes provocan rayos. Los próximos cuatro resultados me daban detalles sobre la relación entre el calentamiento global y el aumento de gente que muere partida por un rayo en India. Fueron 35 el año pasado en una provincia de poca gente. Google es un lugar extraño. Si no fuera porque vivo en el Caribe, pensaría que India es el único país con territorio en latitudes tropicales.


Dejo Google y vuelvo a poner el Daily Show del NYT en mi teléfono para poder cocinar con este calor. No soy fanática del Daily Show, soy fanática de que dure 22 minutos. Aun así, soy selectiva; nunca escucho episodios sobre política internacional, especialmente episodios acerca de latinoamérica, Palestina/Israel o Ucrania. En verdad solo lo escucho para oír los bochinches políticos internos de los americanos, cosas que no me importan tanto, como sus elecciones. Ahora estoy escuchando sobre la ventaja que Harris le lleva a Trump, discuten si la ventaja es aparente o no es aparente. Hay cuatro expertos que no se ponen de acuerdo y ya van para los 16 minutos. 


Escucho el debate mientras pelo cinco papitas que compré antier. Las voy a poner en el hornito para comérmelas con un revoltillo. El huevo está rápido, por si acaso se va la luz. De cinco mini papas, tuve que botar dos porque tenían rayas y lunares grises en su interior. Aquí el comprar frutas y vegetales resulta en una apuesta más cara que las tragamonedas que se riegan en todas las gasolineras. Ya ningún zip code es inmune a las maquinitas.


Pelo papas, boto papas, y los rayos siguen. Mi gato lucha por que no le den miedo, insiste acompañarme en la cocina, pero con cada trueno sale corriendo y se mete debajo de mi cama. Repite la coreografía una y otra vez. Pelo papas, boto casi la mitad, trato de ganarle al reloj para que no se me vaya la luz sin haber terminado mi cena, mientras escucho todo tipo de hipótesis sobre las elecciones en Estados Unidos. Me obsesiono con los malabares lingüísticos del NYT para hacernos creer que todo depende de estas elecciones. Cae un rayo. Despierto de nuevo.


He tenido muchas oportunidades para sentirme completamente enajenada de ese país, pero nunca los había sentido tan irrelevantes como hoy: 20 de septiembre de 2024. Sonó el pitido, las papas están listas y me sorprendo tranquila porque al fin parecería que nos empezamos a sentir capaces de sentir un luto colectivo que aguantamos hace muchos años. Al que no piensa las cosas mucho un luto colectivo le parecerá trágico, pero no lo es.



lunes, septiembre 23, 2019

Destellos posimperiales: Mecano y el imaginario manchego de la tardomodernidad




Partimos de la premisa de que en toda la historia de la humanidad pocos objetos han sido tan emblemáticos de una época como el sintetizador lo es de la década de los ochenta. La posibilidad de que un teclado eléctrico de apenas tres octavas pudiese albergar en su interior toda una orquesta, e incluso hasta un coro y aplausos, solo pudo haber sido concebida en una década en que todo parecía posible. El sonido del sintetizador se expandiría por todo el mundo y los efectos de este reto que la humanidad lanzaba a las fronteras físicas del tiempo y espacio no tardarían en comenzar a pagarse. Sin embargo, a principios de la década del ochenta todavía todo era diversión.

En España, decir ´sintetizador´ es hablar del grupo Mecano. Mecano fue, sin lugar a duda, el mayor embajador de la música pop de España. Luego de décadas de franquismo, España se volvía a abrir al mundo[1], o al menos a intentarlo, y esta vez quería hacerlo bien. O sea, hacerlo tipo “vámonos todos de fiesta” y no “o creen en mi Dios o se van a coger por el cu…”.

Sin embargo, ¿podría Mecano escapar su ‘pesado pasado’[2] imperial? En este pequeño artículo reseñamos algunos de sus mayores éxitos para argumentar que Mecano no fue capaz de organizar una fiesta totalmente inclusiva. Sus canciones nos presentan una España que la tardomodernidad sorprende inocente y contrariada frente a un mundo que le es brutalmente extraño. Las letras de las canciones, argumenta este ensayo, muestran que, como respuesta a su contrariedad, Mecano recurre a aferrarse a un imaginario manchego idealizado. Pasemos a examinar algunos ejemplos:

Hawaii Bombay[3] (1984) – A cualquiera le queda claro que ni Hawaii ni Bombay son paraísos para sus habitantes. En esta etapa temprana se observa la ingenuidad de turista con la que unos jóvenes Mecanos se enfrentan a un mundo grande que se abre ante ellos. Aun no lo conocen y solo lo pueden imaginar desde la seguridad de sus bañeras en el centro de Madrid. Para esto recurren a una serie de escenas de películas cursis: hacer el amor frente a un abanico, mecerse en una hamaca e incluso, tocar maracas (sí, maracas, porque, aunque ni Bombay ni Hawaii estén en el Caribe, sabemos que desde el 1492 el Caribe ha sido parte de toda fantasía madrileña). De hecho, la imagen de un jovencísimo Nacho Cano--el menos talentoso de los hermanos sin embargo el más carismático-- untándose bloqueador solar dentro de su apartamento madrileño con los ojos cerrados mientras se vive una película dejándose llevar por el aroma a coco, es básicamente el ÚNICO punto de esta canción. ¿Acaso la canción es un viaje inducido por drogas ilegales? Dado que estamos en los 80s, o en cualquier época, esta es una posibilidad que no podemos descartar. Pero, ¿importa? De todas maneras, muy pronto los Mecanos se aprestarán a explorar el mundo de manera más explícita. Esperamos que el resto de los ejemplos ofrezcan un panorama aun más claro de las motivaciones subconscientes del grupo, las cuales hemos abordado a partir del psicoanálisis en ensayos anteriores como el ID Imperialista.

Japón (1984) – Esta parecería ser una canción inocua, una canción que es divertida y ya. Sin embargo, tiene visos apocalípticos no muy diferentes de aquellos que servían de contenido a las pesadillas de los colonizadores en las cuales los habitantes de las Indias no renunciaban a sus costumbres precolombinas. Al principio de la canción apenas entendemos la letra ya que es cantada por una voz robotizada al ritmo del tic-toc de un reloj: “Un dos, un dos/(Sigue el ritmo de la vida)/(Las palancas y los humos)/(Los motores mueven el mundo)/Un dos, un dos./(Sigue el ritmo de la vida)”

Mediante este efecto, la canción nos coloca en un Japón que existe cual distopía de la mecanización. Más adelante, el coro, ya un poco más comprensible en la inconfundible voz de Ana Torroja, describe sus habitantes “No son rubios no son altos son tipo reloj”, es decir, los japoneses (casi) no son persona. Aun más, esa voz también nos advierte que “en un metro hay dos” japoneses y de esa forma Mecano suena la alarma de una poshumanidad inminente. Los Mecanos necesitan espacio, España llama.

El blues del esclavo (1988) – Mediante el uso de la primera persona singular, esta canción es el primer y último intento de Mecano de ponerse en el lugar del "otro". Aunque podemos señalar, no sin reservas, que es una canción exitosa, es imposible dejar de cuestionarse esa primera línea, "el ser negrito/es un color", o sea, que dudamos que un negro empezaría por aclararle al mundo que el ser negro es simplemente un color.

Aunque a primera vista esta canción parece ser una defensa de los derechos laborales y un llamado al sindicalismo, vemos que alberga una visión claramente esencialista de los hombres y las mujeres negras. Básicamente se asume que su estado natural es andar por las estepas africanas corriendo como animales salvajes, que son a su vez, como quien dice, parte de la familia: “Y el que prefiera que se vuelva/ al Senegal/correr desnudos por la selva con la mujer/y el chaval/ir natural/erguiendo cuello y testuz/como hermana avestruz”

Además, queda claro que hay negros simpáticos y otros que no lo son tanto, “Para que no digan que somos unos Zulus/ir cantando este blues” y rebelarse está bien si se hace en el contexto de una fiesta, de forma pacífica con música, performance y eso, lo otro es cosa de animales, o de Zulus.

Reparemos también que en la tardomodernidad los esclavos no son exclusivamente negros. Las multinacionales sobreviven gracias a sus prácticas esclavistas y algunos argumentaríamos que muchos trabajos, aun en el primer mundo, esclavizan a la población. Así las cosas, esta canción obviamente opera bajo la presunción de que hay un consenso acerca de "esclavitud" y por tanto privilegia una forma de esclavitud. "El blues del esclavo" claramente nos remite a la época dorada de colonización cuando el imperio español era el mayor importador de esclavos al nuevo mundo. Es una canción nostálgica, pero aquí el nostálgico no es el esclavo que canta blues, sino el amo.


No hay marcha en Nueva York (1988)- Esta canción es de las más pegajosas, sin embargo, puede ser un poco confusa para los niños o cualquier persona que aun no entienda bien la diferencia entre un español y todos los demás hispanohablantes. Y esa es precisamente toda la diferencia del mundo para los Mecanos.

Para resumir: Nueva York tendría más onda si estuviera en España.

En esencia, no estamos en desacuerdo con esta idea. Entre otras consideraciones, queda estipulado que, comparado con un jamón de bellota, el jamón de York decididamente es una ficha de tranque. Pero, aunque podamos estar de acuerdo con la conclusión, nos interesa detenernos en la ruta que escoge la canción en la cual Nueva York se presenta como un lugar confuso, pero sobre todo confuso para un español que de repente se enfrenta a un mundo donde todo parece estar al revés. Cuando uno es español, Nueva York se siente como una pesadilla surreal de esas que se tienen cuando te indigestas.

En la pesadilla llamada Nueva York, se escucha gente hablando español pero no los puede entender y se identifica el origen del problema comunicativo en los “más de dos millones de hispanos/ que allí no hablan nada en cristiano”. Al enarbolar el cristianismo como paradigma del orden, un eco inquisidor innegable alimenta el destello imperial. A medida que se adentra en la ciudad, el español se enfrenta al prejuicio de ser confundido con esos otros, los no cristianos, cuando no lo dejan entrar en las discos de moda y tampoco le dan ni un vaso con soda. Esto lo atolondra porque nunca lo había experimentado

En.

Su.

Vida.

La gota que colma la copa es cuando un policía estadounidense, que lo debe haber confundido con un puertorriqueño o dominicano, no lo entiende. Nótese nuevamente el imaginario religioso--el Dios cristiano como fuente de legitimidad--que se evoca para describir el suceso: “Como el hijo de un dios menor/traté de hacerle entender a un policía/A la estatua de la Libertad ¿me dice usted cómo se va? su señoría/Y al adoptar la posición de ese monumento en cuestión/Se pensó que era un comunista buscando follón y lo tuve”

En “No hay marcha en Nueva York” el español de repente es el colono. La canción nos deja claro que en la tardomodernidad el trauma del ‘98 aun no está superado.



Bailando salsa (1991) – Que esta canción exista es lamentable, más no por eso podemos ignorarla. Bastará sin embargo con mencionarla como ejemplo de la clara distinción que existe entre el español y el latinoamericano. En ´Bailando Salsa´ el latinoamericano es caricaturizado y comparado con Lauren Postigo, el referente español hortera por excelencia: “Yo iba a lo Lauren Postigo/Con mi camisa color carmesi/Anudadita al ombligo/Que lo que era/Ir hecho un hortera/Ahora causa frenesí”

La temporalidad en esta canción no debe ser tomada a la ligera, el “ahora” que se menciona no simplemente nombra un presente temporal, sino que más bien evoca un momento cultural inminente en que España está llenándose de latinoamericanos. Claramente esto es interpretado como una amenaza estética y resulta aterrador.

En este ensayo nos hemos enfocado en mostrar que en Mecano el imaginario manchego remite a un pasado imperial y a la vez puede servir de vehículo para reforzar actitudes imperialistas frente el resto del mundo. Aunque los ejemplos han enfatizado la mirada de Mecano al “otro”, esto no pretende excluir la mirada propia, sobre todo en su etapa más tardía. En canciones del 1991 como "Una Rosa es una Rosa" o " 'Eungenio' Salvador Dalí", el imaginario manchego se mira al espejo y su reflejo le devuelve una España castiza de folleto de agencia de viajes. Este tema, aunque pertinente, rebasa los límites de este trabajo.

Vale la pena mencionar sin embargo que cuando dejan cuestiones identitarias a un lado y deciden tomarse unas vacaciones de explorar el mundo, Mecano puede dedicarse de lleno a profundizar en los conflictos emocionales del yo y las turbulencias características de las relaciones de parejas. En estos casos, la mirada de Mecano es tierna y sensible, véase, por ejemplo: Quédate en Madrid, Mujer contra mujer, Aire y Otro muerto, entre otras. Estas se la debemos principalmente al genio introspectivo de José María Cano, el hermano más talentoso[4] que sin embargo no pudo evitar la disolución de grupo.

Ante su lamentable desenlace, nos preguntamos si Mecano debió haber rechazado esa nostalgia manchega, si quizás esa nostalgia--acaso exacerbada por un desafortunado sentido de deber cultural--terminó por tenderle una trampa. Si algo queda claro luego de sus brevísimas carreras como solistas, es que la ausencia de Jose Maria Cano, Nacho Cano y Ana Torroja de las ondas radiales nos advierte sobre el doble filo del nacionalismo. Cuando éste es alimentado por la inocencia o evolucionas o implosionas.




[1] En este periodo a la contracultura post Franco se le llamó La Movida Madrileña. No está claro si a Mecano se le considera parte de este grupo.


[2] Pun intended (ver: Que pesado)


[3] Para su conveniencia, incluimos links a cada canción que es incluida en la discusión.


[4] Tras las disolución del grupo, José María pasó a dedicarse de lleno a la composición y orquestación. Sus proyectos como solista incluyen una ópera.




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viernes, marzo 22, 2019

Una bombita



Como suele suceder, me puse a leer las noticias mientras almorzaba; una cosa lleva a la otra y otra vez me fui por las ramas.

Comparto:

El detonante es una pieza de DemocracyNow en la cual Amy Goodman le pide a varios afganos y afganos-americanos que reaccionen sobre la super bomba que USA les tiró a los afganos hace unos días. Uno de los entrevistados cuenta que los afganos no entienden que Trump et.al. se refieran a la bomba como 'the mother of all bombs' porque, cuenta el afgano, "una madre nunca le haría eso a sus hijos". A pesar de que simpatizo con los afganos, reparo en el problema de la metáfora; la bomba no es madre de seres humanos, es madre de bombitas que aspiran a ser súper bombas como ella. Eso. Y las corporaciones son personas.

Pero ese no es el punto.

La cosa es que me pongo a pensar en la mentada diferencia entre el potencial de violencia de un hombre vs. el de una una mujer. Trato de imaginarme mujeres en posiciones de poder jugando a quién tiene la bomba más grande y no puedo. Más que violencia, me parece a mí, el hombre es más susceptible a caer en trampas del ego.

Pero ese tampoco es el punto.

El punto es que trato de imaginarme mujeres "bichas"--y no en el sentido 'cool', liberal, blanco, gringo según el cual ser considerada 'bicha' es un insulto asignado por los hombres que resienten su poder y por lo tanto "we should all be proud bitches", --sino que me refiero al sentido de bicha = malvada, así como una persona capaz de lanzar una bomba bien grande, o matar inocentes usando gas o agentes naranjas.
Merkel es muy maternal (de humanos, no bombas): descartada. Hillary se las trae pero su show of force sería más subdued que una bomba gigante: descartada. Interesante la mujer en la que pensé después, Anna Wintour, la esquelética editora de Vogue que pocas veces se deja ver sin sus gigantes gafas obscuras "Ella sí que raya en lo psicópata", concluyo sobre la mujer que inspiró el éxito taquillero "Devil wears Prada" -mas reflexiono-"pero no lo haría porque no hay nada menos elegante que lanzar una bomba gigante". Luego de revisar estos tres ejemplos en mi cabeza: Merkel, Hillary y Anna Wintour, llego a la conclusión de que de hecho, el hombre está 'unfit' para ser líder y tomar decisiones por el bienestar de su colectivo. No es cultural, es biológico.

Pero ese tampoco es el punto.

El punto tiene que ver con las abejas, que lo tienen bien claro. Hay una reina tomando decisiones y los hombres proveen la mitad del material necesario para asegurar la especie. Reflexiono entonces sobre la perfección matemática de un panal, la eficiencia calórica de la miel--no es poca cosa ! Entonces de la biología procedo a hacerme preguntas ontológicas: si para asegurar el bienestar colectivo nos conviene que las mujeres estén en posiciones de poder, ¿qué accidente histórico nos tiene haciéndolo todo al revés? Se me ocurre pensar que quizás en algún momento un cazador exhausto luego de matar un jabalí le dijo a sus compañeros: "¿por qué si somos nosotros los que llevamos días tratando de matar a este animal tenemos que dárselo a las mujeres para que lo repartan?", "no, compañeros! de ahora en adelante si quieren seguir comiendo jabalí van a tener que hacer las cosas como nosotros decimos!", y así con un articulado y persuasivo hombre prehistórico comenzó nuestra ruina como especie. Pero, eso de que la(s) persona(s) que procuran el sustento sean las que lo distribuyan "is fair", me enseñaron. Oh! será que el sustento no es solo el jabalí, si no que tmb es indispensable poder organizar que el jabalí se limpie, se cocine (o no, dependiendo cuan lejano sea el pasado al que nos remontamos) y mil otras cosas que hacen que el jabalí sea alimento. Sustento es todo eso junto, el jabalí muerto es solo un jabalí muerto y no alimenta a nadie.
No saben el alivio que me dio podérmelo explicar todo sin tener que reevaluar convicciones políticas y morales que me ayudan a entender y sobrevivir este caos.

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Office Space







I just asked a co-worker for a phone charger because my phone died. The easiness of the interaction I had with him surprised me, and made me feel like I was missing something. We are not friends but we have talked…yes, something was amiss. As I walked back to my desk I realized something; I was missing the Puerto Rican “ay nena, yo te lo presto” interaction. You see, when someone asks a Puerto Rican for a favor, the Puerto Rican will handle it as their top priority. Not only that, his/her face quickly changes, as if they are the reason why you need something, more so, like it’s *their* fault because they weren’t able to anticipate that you needed X. He or she will quickly stop whatever he’s doing, and a bit clumsily (evidence of his distress) will try to meet your need while apologizing because theirs is uglier/older/doesn’t’ work very well/; this may sound something like “está medio feito verdad pero por lo menos funciona…”. They may even provide you a brief tutorial on its use, “déjame explicarte, es que el laitel tiene un truquito, tienes que dejarlo apretado solo hasta la mitad nada más porque si no se te va a apagar”. The transaction is finalized when the borrower says thank you and the Puerto Rican, with a classic, albeit contained, display of Puerto Rican martyrdom, replies: “bueno, al menos te pude ayudar’, or “espero que te haya ayudado en algo”. Actually, they may even proceed to show you that whatever they let you use/borrow is now practically yours “cualquier cosita aqui lo voy a poner en esta gaveta, no me tienes que preguntar, tú lo coges y ya, ok?” [blink]. If the borrower is also Puerto Rican, this transaction will be significantly longer because there are at least three different thank you’s, which usually include a hyperbolic “nena, me salvaste la vida”….which is often heroically answered in the first person plural- the linguistic resource by which the speaker, hides among a group of people and can no longer be identified-: “Na’ nena, pa’ eso estamos!”, and just like that, the Puerto Rican successfully preempts and avoids the first person “para eso estoy” and in that way avoids any plausible obligation in the future-you know “porque es mi pana/familia/compañero de trabajo, vijte, pero no es pa’ tanto”. Eso es fundamental: nunca es para tanto.
That!- I was missing all of that.

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Mudanzas


Hace dos días vino a mi apartamento una muchacha boricua de 23 años juntos a su amiga mexicana a buscar la mesa de comedor que le vendí. La chamaca es ingeniera mecánica, recién graduada del RUM y va a trabajar en Fremont, cerca de Silicon Valley. Acaba de llegar y está amueblando su primer apartamento. Terminé regalándole todas mis matas, una mesita de noche y un libro de Wilo Benet de recetas criollas porque se quejó de que “todo el mundo que conozco aquí me pregunta si sé cocinar comida puertorriqueña y en verdad no se cocinar nada”.

Estuvimos como dos horas las tres juntas entre desmontar la mesa, hablar y mover las cosas a su carro. Cuando terminamos me despido de ambas y al ratito me tocan la puerta, era su amiga mexicana.

— El matres ese que está en el comedor, ¿lo estás regalando?
— Sí, ¿te lo llevas?

Lo arrastró hasta el pasillo de mi edificio y mientras se despedía me dijo que, según la boricua, mi apartamento huele a Puerto Rico.

"Que raro, no cocino hace como dos días." dije, mientras me esforzaba en reconocer algún olor ‘boricuoso’ en mi apartamento

—No, no huele a comida. Dice ella que es en general, me dijo que Puerto Rico huele como tu apartamento.

Dos minutos después de despedirme por última vez y frustrada al no poder identificar ningún olor en mi casa que me recordara a Puerto Rico, tuve que concluir que el ‘olor’ tenía que ser un efecto sinestésico de haber escuchado y visto algo que le resultó inmediatamente familiar. A mi esa familiaridad me dio con regalarle cosas que pensaba vender; a ella, esas dos horas le olieron a Puerto Rico.

Tres minutos después de despedirme por última vez me di cuenta de la tragedia. Su nostalgia. La mía. Ella es una ingeniera mecánica de 23 años acabada de graduar del RUM. La del país.

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Un “Oakland, #TePienso”


La guagua 51A me lleva desde la estación de Rockridge en Oakland hasta mi parada en la esquina de Broadway y la 40. Cuando me bajo, todavía queda caminar alrededor de 4 cuadras de la 40 antes de llegar a mi edificio.
Broadway separa a Piedmont del resto de Oakland. Yo vivo justo en la frontera de estos dos pedazos de Oakland. Cuando la guagua me deja en Broadway, tengo que caminar esas cuatro cuadras donde los negros mismos parecen ser conscientes de que están en un hoyo negro entre dos partes blancas.

Si se mira la ciudad desde un helicóptero, hay pedazos en que Oakland parece una cebra.
En ese parcho, las palomas picotean la acera con unos ojos perfectamente redondos sin párpados ni parte blanca y que hacen que parezcan permanentemente asustadas. Esta vez durante mi caminata, el dolor en los dientes que me da cada vez que las veo taladrando el cemento en busca de comida, logra distraerme de los pensamientos pragmáticos que suelen ocuparme de lunes a viernes entre 4 y 7 pm.

Éstas son palomas grises, nada sofisticadas ni simbólicas. De hecho, estas palomas asquean a muchas personas. Pero ahí están, compulsivamente esperando que la violencia y la basura se conviertan en migajas

Cuando una paloma agarra algo desconocido entre su pico-un sorbeto, un flyer, un cigarrillo-, lo trata como si le fuera familiar hasta que la forma o el tamaño no coopera y vuelve a caer al piso. Pero están dispuestas a tragar cualquier cosa y lo levantan otra vez con el pico. Casi parecería que piensan (¡que piensan!) que si tratan suficiente, la basura puede convertirse en comida. En algún momento se dan por vencidas y dejan caer el pedazo de cualquier cosa, avanzan tres brincos cortos y se elevan para volar pegadas al suelo en busca de otro pedazo de algo.

En el cielo, mucho mas alto, veo cruzar un pájaro blanco, quizás una gaviota. El vuelo de éste es rápido y determinado. En el aire imagino un mundo de líneas largas que tejen redes y construyen avenidas que no conozco. Nada parecidas a las líneas cortas que forma el vuelo de las palomas. Sin embargo, asumo, que aun ahí con la cara pegada al suelo, el vuelo de las palomas ensaya redes y traza caminos que no puedo ver.

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lunes, julio 13, 2015

Casas



Las urbanización promedio del área metropolitanta está hecha de hileras paralelas que a veces terminan en redondeles. A cada lado de las calles de brea hay casas que someten al observador a un acto de reconstrucción casi filológica. Tomas cada ejemplar y se busca que tienen en común con las otras para poder imaginar cual era el modelo original en el 70. Sí, porque en algún momento se supone que todas esa casas fueran iguales. Ahora vemos esta con balaustres, aquella con con balaustres y columnas griegas, y la otra con el balcón cerrado, operación que ha hecho posible tener una sala doblemente grande donde no reunirse.

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domingo, abril 27, 2008

El look sencillo y natural de Tommy Torres es reflejo de su ser



Esta entrada está basada en un artículo publicado en El Nuevo Día. Como parte del lead del artículo se encontraba la oración que titula este post. Lamento no poderles poner un enlace al artículo que ahora se encuentra en los ‘archivos’ del Nuevo Día. Quizás lo pusieron en la ‘T’, justo al lado de ‘Tuberculosa en Wielmental TX da a luz saludables trillizos’


Que es el ser? La pregunta ha obsesionado ser humano por años. Poemas, tratados filosóficos, obras de arte han tratado de discutir la pregunta en vano. Sin embargo, ahí está Tommy Torres, el cantante quien ha logrado “un look sencillo y natural que es reflejo de su ser”. En vez de hablar del ‘ser’ de Tommy pudieron haber escogido decir algo como “ un look sencillo y natural que es reflejo de su estilo de vida/ personalidad”. ¿Por qué todo en Boricualandia parece cargar con una onda como metafísica?
Tommy logró lo que muchos filósofos y poetas envidiarían, indetificó su ‘ser’, y no sólo lo identificó si no que incluso hasta tiene la habilidad de volverlo concreto y acequible a todo quien lo mira. Propongo entonces que paremos lo que nos ocupa en este momento y nos detengamos a analizar el ‘ser’ de Tommy Torres.
En un artículo sobre su nuevo arreglo personal, Tommy brinca de charquito en charquito, uno de agua clara otro de fango comos si fuera una peregrina de charquitos y después del cinco Tommy no logra acertar con su piedrita. Esa incoherencia sin propósito es el origen mismo de la ‘charrrería’. De hecho, y permítanme ser un tanto incoherente myself, la incoherencia de Tommy Torresme hace pensar en un nuevo símbolo político para nuestro país. Hasta ayer pensaba que una sonrisa de una mujer mulata de 40 años con braces y pelo oxigenado era lo que mejor nos definía como pueblo, ahora pienso que es Tommy Torres.
(JUMP!)
Volvamos al artículo. Me cuesta trabajo pensar en un makeover a un hombre sin que la imagen incluya highlights. Todo dueño de salón frecuentado por los ‘artistas’ del patio donde un hombre entra sexy y sale pato. Sí, así lo digo, a riesgo de sonar homofófobica. Pero en éste mundo que se empeña en usar la palabra ‘ser’ en vez de algo más concreto, me provoca a usar la palabra pato. Llamémosle rebeldía léxica if you must. Vayamos por pedacitos, pero advierto que es la incoherencia de todo esto lo que me molesta y lo que creo que le está haciendo un daño tremendo a la psiquis boricua.
Si tu eres un hombre romántico, sensible que toca la guitarra y de vez en cuando compone canciones bonitas tienes todas las de ganar con las chicas. Es más, y esto me da trabajo admitirlo: Tommy Torres, en esencia, no es feo. El chico sensible por lo general tiene un aire distraido, algo que lo aleja de lo mundano, es ese algo (tal vez su ‘ser’) lo que uno como mujer criada viendo novelas, creyendo que ese tipo de hombre es el que por fin la va a entender. Hasta ahora todo tiene sentido. Es coherente. Sin embargo, ese hombre se hace highlights! Atención: los highlights requieren mantenimiento. Cualquier mujer que haya sucumbido al peróxido sabe que por lo menos hay que ir una vez al mes al beauty para mantener los highlights ‘naturales’ . También cualquiera que haya visto un beauty sabe que hay solo dos maneras de hacerse highlights:

1) o con gorro

2) o con papel de aluminio

Cualquiera de las dos, me parece, es sumamente humillante para cualquier trovador aunténtico. Imagínense a Tommy, sentado en algún beauty del Condado (Tommy solo va a sitios caros) tarareando en la cabeza el proximo jingle del Partido Nuevo Progresista mientras tiene en la cabeza un gorro con muchos agujeritos de los cuales salen mechoncitos de pelo. Si la imagen de Tommy con papel de aluminio en la cabeza tiene más sentido para usted, adelante. Más allá, al Tommy no le basta con felizmente yuxtaponer trovador/ highlights. El cantante insiste en confundirnos más.

Dejemos los highlight, por un momento, y tomemos algo un poco más desconcertate, más no así menos revelador. Cuando la que escribio el artículo en un intento charro de rapeo, le pregunta a Tommy si le habían dicho que se parecía a Orlando Bloom, el hombre intenta retomar en vano su imagen de trovador despistado: dice que “desconocía su trabajo” (ay tommy por Dios, atrévete a negarme que cuando fuiste a esta actividad hiciste lo imposible por recrear el look de Orlando). Y diciéndolo veo como Tommy trata de salir del enfangue de los highlights para meterese en un charquito claro, ese donde los ‘artistas’ producen ‘trabajo’.
Ay Tommy, ya es muy tarde. Un hombre con highlights no me puede hablar del ‘trabajo’ de Orlando Bloom. ¿ Por que no usaste la palabra ‘película’? Orlando Bloom, no es Woody Allen, ni Quentin Tarrantino, tampoco es Marlon Brando y ni si quierea es su homologuísimo pirata Johnny Depp. El que Tommy haya dicho ‘trabajo’ me recuerda a esos hombres que te invitan a una cena con vino pero de repente te encuentras en Macarroni and Grill a las nueve de la noche tomando Julio Gallo, o acaso a los que te invitan a Bistro Paris, Augusto's… y ordenen un jugo de china con la comida. (Not at all wrong, de hecho, mucho mejor que el que no te inviten, pero en ninguno de los dos casos es exactamente lo que tenías en mente cuando fuiste a Plaza a comprarte algo para esa noche).
Orlando Bloom es lindo (y eso que no tiene highlights) y no actua del todo mal. Pero hay que llamarle a las cosas por su nombre Tommy. Sí Tommy te hablo a ti, admito que no lo repetería tanto si no fuera porque se nota que por lo menos eres lo suficientemente ingenuo como para haberte hecho esos highlights. Pero entre tus highlights y los ‘trabajos’ de Orlando Bloom hay algo que me recuerda demasiado a la charrería de la que no da risa.

jueves, abril 10, 2008

Where's Obama?



Lo dicho es hecho. Corrí el domingo en Washington DC, esa gran capital de la nación americana. Nótese como hago una distinción entre la “gran capital” y “la nación americana”. La distancia de la carrera, el tiempo que hice en ella y cuantas veces me quise rajar en el trayecto se las dejaré a su imaginación. Solo les diré que corrí por un camino hermoso cubierto por árboles de cherry blossom a 45 grados, en pantalones cortos y sin idea alguna de donde estaba Obama.

OFF DUTY

Manolo y yo estamos de vacaciones por primera vez en mucho tiempo.
A continuación un resumen de nuestro arduo día:

Mano se levanta y me busca en el balcón a ver si me animo y damos juntos una caminata:



Cuando ve que no lo saco a pasear, me mira mal y utiliza su tradicional cara de perro maltratado para hacerme sentir culpable.

domingo, marzo 30, 2008

La lección de Dios: Segunda Parte



" Dád al César lo que es del César a Dios lo que es de Dios"
Cuando los americanos no entienden porque les pasan ciertas cosas se agarran del siguiente pensamiento religioso y lo dicen como si no tuviese fin: “The Lord works in mysterious ways” . Los puertorriqueños hacemos lo mismo solo que decimos “el Señor trabaja de formas misteriosas” mientras ponemos una cara de maltrato y tristeza al terminar la frase.

Lo usamos cuando suceden cosas a las que no le encontramos explicación alguna, aunque sabemos que en el fondo del asunto, las cosas pasaron o porque la cagamos o porque hicimos algo que nos llevó a cagarla. Nadie se atreve a decir: Ayyyyyy es que el Señor la cagó. Por ejemplo, no le damos mantenimiento a nuestros carros y de repente el auto se jode.
“Ayyyyyyy!!! el carro se me jodió pero eso es porque el Señor lo quiso así para que yo aprendiera a valorar lo que tengo”. No encontramos un queso que buscamos en el supermercado para las meriendas y repetimos mirando hacia abajo en la sección de congelados “es que el Señor me está enseñando a bajar los triglicéridos”. Pero cuando tratamos algo continuamente y ese algo falla, utilizan “the ultimate frase” “Ay!!!!!!!!!!!!yo todo lo pongo en manos de Papito Dios”, Mi parte favorita es cuando en ocasiones repiten…ay Dios tu eres tan sabio, padre amado, guíame señor”.

La lista de proverbios es grande mimbrosos, larga como el pliego acusatorio del Gobernador y hay acusaciones a diestra y siniestra. Hay tantas frases que se dicen de la boca para fuera sin sentido alguno y lo que pretenden al final del día es exonerarnos de errores que hemos cometido. Es la responsabilidad sobre nuestros propios actos la que no queremos asumir.

Pero hoy es un día diferente. Hoy estoy molesta con el Señor. Si mimbrosos, en esto no me echen la culpa porque la cagó el Señor. Por segundo año consecutivo Dios ha decidido que no asistiré al Día Nacional de la Salsa. Yo sé que el Señor es misericordioso y me perdonará por este post cuando lo lea. Además tengo que desahogar mi coraje con él porque el día está precioso. Hay un sol hermoso en un cielo claramente azul.

Adiós nuevamente a las alcapurrias, los tostones, las old colony de uva frías en la tarde. Adiós a los empujones contra la gente sudá que viene de todas parte de la isla a presenciar uno de los conciertos mas espectaculares del año. Adiós al Cano Estremera sosteniendo una bandera boricua. Adiós.

El señor ha decidido que en este día debo estar en una entrevista con Melo Muñoz Mendoza. ¡Como si no fuese ya tanto el castigo Señor! Pero asumo que si el Señor me colocó allí debe ser por algo. Algo tendré que hoy aprender de Melo. Solo espero que cuando llegue a la Fundación Luis Muñoz Marín pueda hacer mi trabajo bien. Me concentraré en que Melo se vea bien en la cámara, en retratarla dignamente. Después de todo, Dios nunca me pone una prueba que no pueda superar y el nazareno me dijo que cuidará mi camino.