Aprender a comer como camionero y ser la reina de Rockocesto
"A Antonia, mi fiel compañera del baloncesto. En honor al Winter Match que tendremos en Navidad y donde nos encargaremos de destruir egos"
Tengo que hacer una confección importante: nunca he tenido tanto stress en mi vida.
Pasó el jueves, como casi todas las semanas. El Espadachín de la Justicia(un compañero de trabajo cuyo nombre jamás revelaré) se sentó a hablar conmigo mientras yo almorzaba. Acostumbramos a hacer esto de vez en cuando y tengo que aceptar que es una actividad que me relaja porque hablamos de muchos temas. Siempre me parece interesante como él mantiene su humor negro al hablar de temas como el calentamiento global, el bloqueo a Cuba y las verdaderas razones por las que Paris Hilton esta en la cárcel.
Pero este jueves pasado fue diferente. Yo había regresado de mis vacaciones de verano, y algo había distinto en el Espadachín. Su semblante ya no era el mismo y noté que se tramaba algo. Con cautela se sentó a mi lado mientras tocó su pelo con una de sus manos y me dijo con voz tenue “Compañera, usted se va a comer ese plato entero de piñón de amarillo, arroz y habichuela”.
Mi corazón se paralizó de inmediato y sentí la mirada de todos los seres sentados a mi alrededor.
Al principio pensé que el Espadachín tenía hambre y que tal vez estaba buscando una forma sutil de decírmelo…pero luego me percaté de lo contrario cuando sus ojos me miraron buscando una explicación real al atracón que me estaba dando. Las miradas de mis compañeros de departamento sobre mi comida persistían.
Me demoré en contestar,(como cuando me preguntaron si el concierto de Michael Bolton valía la pena ir a verlo)
“Bueno, no…si quieres lo compartimos…” mentí descaradamente.
Tengo que admitir que “me jode”. No hay otra manera de procesarlo. Cuando rebajas mas de cincuenta libras sientes la responsabilidad de mantener tu nuevo peso. Lo peor del caso es que no solo para tu beneficio, sino para evitar los comentarios de la gente a tu alrededor. El comentario del Espadachín lejos de ser burlesco fue precavido. Su intención era la de hacerme ver que “no me descuidara” porque las libras podían regresar y mas rápido que ligero. Agradecí su gestión pero al mismo tiempo tengo que preguntarme: ¿Es este el mensaje que le queremos mandar a la gente que rebaja por cuenta propia? La gente que rebaja ¿no tiene derecho a comer como troquero de vez en cuando?
Pasó lo que tenía que pasar. Jamás me terminé el plato. Mi stress fue tanto que el domingo jugué basket con un amigo para relajarme. Demás esta decirles que perdí descaradamente: 32-10. Metí tantas faltas que él entre risas y moretones me proclamó la reina del Rockocesto. No sé que significa eso, pero suena bien cool.
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