Desde Rusia con Amor
Esta mañana me levanté con la noticia de un serial killer ruso de 33 años que mató a 49 personas en Moscú. Lo primero que pensé al ver el titular fue: tenía que ser ruso.
Mi roommate rusa sufría por amor a los 20 año. Alla había llegado de la Unión Soviética a los 10 años y vivió junto a toda su familia en un cuarto de unos amigos de los padres en el Bronx. Al año ya estaba en una de las mejores escuelas de Manhattan y sus padres se habían mudado al barrio judío- ruso del Bronx. Ahora çompartíamos un apartamento en un suburbio de Boston con dos gringas rubias. Mientras una de las rubias se volvió mi amiga, la rusa se volvió mi aliada.
Cuando el novio dejó a la rusa ella no salió de su cuarto por semanas excepto para ir a clase. El sufrimiento ruso hace que uno se cuestiones si esa gente es realmente blanca. La de Alla era una tristeza desvergonzada, como la de las herínas de novela mexicana. Sin embargo tenía una melancolía que le falta a la tristeza de las heroínas. Mientras el sufrimiento de las heroínas es un sufrimiento de víctima, el sufrimiento de Alla era uno de una persona que se piensa -o se sabe- culpable. Lo asumía y aceptaba. Aunque su maquillaje fuerte en los ojos para esos días siempre andaba corrido y no podía hablar sin llorar, nunca la escuché preguntándose por que a ella. Mientras yo estudiaba oia desde mi cuarto canciones rusas lentas y ochentosas. Cuando se asume el dolor se le busca soundtrack.
A mis 19 años la forma en que ella sufría me parecía una exageración. Desde entonces me he encontrado con más rusos, reales y en papel. No es una exageración, es que los rusos sufren diferente.
1 Comments:
El frio siberial hace que se depriman facilmente. Una vez vi una edicion del show "Cops" en Rusia, y casi todas las intervernciones eran esposando a un ruso borracho que lloraba "mi amigo, mi amigo, mate a mi amigo" o algo similar. Tu conocida fue calmada al solamente quedarse encerrada por un mes.
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