La depresión de Jesucristo

Esta mañana me encontraba yo para variar en el tapón de la 65 de infantería. Aunque el tapón ha mejorado considerablemente desde el puente elevado, todavía hay suficiente atasco como para entretenerse observando las bellezas del paisaje que rodea la mentada avenida.
Frente a mí hay una guagua Venture verde, ca.2001 me atrevo a estimar. Llenita de bumper stickers alusivas a la fe católica de su conductor (a?) (insistí en vano conocer la identidad del chofer).
Una de las pegatinas llamó mi atención. Al lado de un proverbio de Juan que decía algo así como “Él murió para darte paz”, estaba la cara de Jesucristo. No tenía corona de espinas, no estaba crucificado. El Jesucristo del tapón era un tipo guapo, parecido al cualquier blanquito surfer de Perpetuo. Pelo largo rubión, pelos trimeaos en la cara y me parece que tenía un tan. Sin embargo, había algo en su cara sumamente perturbardor. La faz de Jesucristo tenía una expresión profunda de depresión.
Me pongo a pensar en las imágenes de Jesucristo que recuerdo (sí, todavía mi carro no se ha movido), aparte de los de la cruz o cuando la está cargando y tiene espinas en la cabeza, no entiendo porque Jesucristo siempre tiene esa expresión tan “gloomy”. Si según cuentan por ahí, Jesucristo era un tipo sumamente popular, como lo consiguió con esa cara?
Por otro lado solo basta mirar la vida de unos cuantos famosos millonarios, hijos de millonarios, o de la realeza, para saber que la depresión parece ser sumamente popular entre aquellos que nosotros –el resto de los mortales- consideramos sumamente afortunados. En el caso de Jesucristo no hablamos de la dinastía Hilton, ni de la de Mónaco o Inglaterra…. Hablamos del hijo de Dios!
Sin embargo, aunque pueda entender las razones de su depresión, todavía me pregunto como una persona tan gloomy se volvió tan popular. No hay que ser carismático si se hacen milagros? La realidad actual parece contradecir esa posibilidad. Más bien, no hay que hacer milagros si se es carismático.